El histórico tratado nuclear que se han cargado Putin y Trump
Gracias a la altura de miras de Raegan y Gorbachov el mundo se convirtió ese 8 de diciembre en un lugar más seguro
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Esta es la historia una 'helada política' que puede devolver al mundo al más gélido de sus rincones. Las idas y venidas de dos superpotencias como son Rusia y Estados Unidos. Tras 32 años respetando el tratado nuclear de 1987 (que firmaron Estados Unidos y la Unión Soviética), Rusia se ha salido del histórico acuerdo de desnuclearización.
Gracias a la altura de miras de Raegan y Gorbachov el mundo se convirtió ese 8 de diciembre en un lugar más seguro. Y gracias, o desgracias, a la estrechez de miras de sus actuales líderes (Vladimir Putin y Donald Trump) todo ese trabajo de desarme puede tener un triste final.
Rusia y Estados Unidos ponen fin al diálogo, al hermanamiento en materia nuclear. Y quién sabe qué consecuencias puede traer esto en el panorama geopolítico mundial.
El presidente ruso Vladimir Putin ha ordenado a sus ministros de Exteriores y Defensa que cesen las conversaciones de desarme con Estados Unidos, país que había puesto una cuenta atrás, 180 días, para que Rusia cumpliera con sus exigencias. Rusia sigue ahora los pasos de Trump y anuncia que se retira del histórico acuerdo INF: el Tratado de Control de Fuerzas Nucleares de Alcance intermedio. Y digo histórico porque ese Tratado marcó el principio del fin de la guerra fría y las hostilidades entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Firma del Tratado: 8 de diciembre de 1987
Es el día de la Inmaculada, el 8 de diciembre del 87. El Presidente de los Estados Unidos Ronald Raegan convocaba a los medios para una comparecencia junto al secretario general del Partido Comunista y líder de la URSS: Micjaíl Gorbachov. En la Casa Blanca. En Washington.
“En el lado soviético, se van a retirar mil quinientos artefactos. Y todos los misiles de lanzamiento terrestre incluidos los SS-20 serán destruidos” dice Raegan. Por su lado, Estados Unidos se compromete a destruir el arsenal de misiles Pershing 2 y misiles de crucero de lanzamiento terrestre. También otras 400 armas. Los misiles de reserva soviéticos y estadounidenses también serán destruidos. Raegan celebra el tratado como fruto de la paciencia de ambos y se atreve con el ruso: “confía, pero verifica”... a lo que Gorbachov contesta...
“Siempre dices lo mismo” le dice el líder soviético a Raegan. Las comitivas sellan así el Tratado, entre risas.
El Senado estadounidense lo ratifica el 27 de mayo del año siguiente. Del 88. Y entra en vigor el 1 de junio. El tratado no garantizaba el desarme de misiles lanzados desde tierra o mar hasta mayo de 1991, cuando se destruyeron más de 2500. Arrancan ahora diez años de verificaciones in situ. De inspecciones que garantizaran el cumplimiento del tratado, que ahora se desintegra, 32 años después. La presencia de mercenarios rusos en Venezuela, la lucha por el control de Siria y el cruce de sanciones económicas de los últimos meses han ido enfriando de nuevo la relación entre las dos superpotencias: Estados Unidos, y la antigua URSS, ahora Rusia. Y quién sabe si tras este divorcio, en términos de control y desarme nuclear, de verificación mutua, habrá vuelta atrás.