Fundación Juan XXIII Roncalli, la historia de un milagro

A mediados de los años '60 un psicólogo, Luis Arroyo, y una psicopedagoga, Amparo Martínez, decidieron materializar lo que era una idea, el lugar donde atender las necesidades especiales de chicos con discapacidad intelectual.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el 18 abr 2017, 16:37 - Actualizado 18 abr 2017, 18:25

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Abrieron una escuela en pleno centro de Madrid, muy cerquita del Bernabeu, en la calle Segre, el colegio Juan XXIII que pronto se quedó pequeño. El sueño creció y se abrió un centro ocupacional, donde no solo se enseña sino que se les da la posibilidad de incorporarse a la vida laboral. El sueño de don Luis y doña Amparo, cuenta ahora con 250 trabajadores, cuenta con más de 30 mil metros cuadrados en sus diferentes sedes y a ellos asisten casi 300 usuarios todos los días. Es la Fundación Juan XXIII Roncalli para la discapacidad intelectual.

Priscila Pereira es psicóloga del centro ocupacional y coordinadora de los talleres de ocupación. Sus enseñanzas permiten a sus alumnos hacer trabajos remunerados, "no es un trabajo dado de alta en la Seguridad Social, pero si cobran su gratificación mensual por hacerlo mejor cada vez". Incluso se ha llegado a un intercambio al modo Erasmus, "tenemos una colaboración con un centro de atención de Madeira, han venido con nosotros 5 personas y este año iremos nosotros allí".

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Miguel Palancar es educador y profesor del piso formativo donde estas personas con discapacidad intelectual aprenden a desenvolverse en cualquier faceta de la vida cotidiana, "aprenden a familiarizarse con el día a día de un hogar, aprender a limpiar el baño, la cocina, ir a la compra. La mayoría de los chicos del centro asisten al piso dos días a la semana, cocinan y luego limpian para dejarlo todo preparado para el grupo que viene después". Aprenden en definitiva a convivir, " a tener autonomía en el trasporte para saber moverse solos en trasporte público, pedir cita en el médico, sacar un certificado de empadronamiento o algo tan simple como sacar las entradas para el cine o el teatro".

Virginia Lozano es terapeuta ocupacional, responsable de la Sala Snoezelen, donde se desarrolla la estimulación multisensorial, "es como esnifar serenidad, sobre todo para usuarios con autismo. En esta sala se da prioridad a los chicos con mayores necesidades con los que tenemos que ir al detalle" como Nacho.

Y hablando de aprender, en la Fundación Roncalli se aprende a hacer radio. Radio Roncalli donde un grupo de chicos entrevistan a aquellos personajes que visitan la fundación. Santi vive la radio "nos encanta, nos apasiona".