Madrid - Publicado el - Actualizado
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Rebeca y Ángel acudieron este domingo a la manifestación en Barcelona por la unidad de España. Tienen sus motivos. Rebeca tuvo que llegar hasta la justicia para defender que en el colegio de sus hijos en Castelldefels se cumplieran las horas de clase en castellano y Ángel fue denunciado por rotular su negocio inmobiliario también ese idioma.
Rebeca Carpi ha explicado en 'La Tarde' el sentir de muchos catalanes este domingo en las calles de la Ciudad Condal: "La manifestación fue un acto de liberación para mucha gente". A Ángel, hasta lo sacaron en TV3, "me lo dijo un vecino".
Rebeca relata que primero, con la firma de noventa padres, fueron a hablar con la dirección del centro, pero "no lo recibió con mucho agrado". Después, esos padres presentaron "un proyecto trinlingüísta", pero esto tampoco les pareció bien". Por ello, tuvieron que inciar la vía legal y en estos momentos se encuentran en la judicial.
A raíz de esta iniciativa, Rebeca reconoce que "empezaron los roces personales", tanto con otros padres como con "parte del equipo docente". "Los profesores no te saludan y luego mis hijos me preguntan que porqué", cuenta Rebeca, que reconoce que en algunos momentos ha pensado tirar la toalla, pero "cuando empiezas una batalla tan justa como esta quieres llegar hasta el final".
El rótulo del negocio inmobiliario de Ángel Centeno, de quince metros, lleva "treinta años escrito en castellano". Pero, "en la época de Montilla, recibo "una denuncia de la Agencia de Consumo de la Generalitat", y "no me querían decir el nombre de la persona que la había puesta". Después Ángel investigó y descubrió que era un vecino del municipio de Aviá, que "se dedicaba a buscar rótulos en castellano".
Ángel recurrió la multa tras un juicio que se celebró en catalán, pero el rótulo sigue en castellano. Lo que ha cambiado en estos treinta años no ha sido el rótulo, sino la sociedad catalana que, a su juicio, "está fragmentada", e incluso en su casa, cuando inicia alguna conversación política con su hija tiene que parar para no discutir, ha contado.
"Tengo amigos independentistas pero con ellos no saco el tema", reconoce Ángel, quien ahora actúa de forma contraria a la que pretenden los secesionistas: "Amo a mi país y a Cataluña, pero cuando tengo que ir a un estamento oficial no entiendo el catalán, lo contrario a lo que ellos quieren".