Olivia Maurel, nacida por vientre de alquiler, en COPE: "Cuando me enteré, grité. Ya no hablo con mis padres"

Ahora es activista en contra de esta práctica, tal y como expresó en un encuentro con el Papa hace unas semanas, y ha explicado sus razones en 'La Tarde'

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Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

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Gestación subrogada. Esas dos palabras son suficientes para saber de qué práctica estamos hablando, una que no ha dejado de estar en el punto de mira de instituciones, políticos, y de la gente de a pie. Cobró especial fuerza cuando, hace cosa de un año, Ana Obregón anunciaba que había recurrido a ella para tener una nieta, gracias a la aportación genética de su difunto hijo.

Desde entonces, el debate de no ha decaído, y son miles los activistas que hablan de cómo esta práctica debería estar prohibida en todo el mundo. Olivia Maurel es una de ellas, una mujer que conoce de primera mano la subrogación, ya que ella nació gracias a un vientre de alquiler.

Ha pasado por los micrófonos de La Tarde, y le explicaba a Fernando de Haro que está radicalmente en contra de esta práctica por "problemas éticos vinculados a la práctica. Estamos comprando y vendiendo niños, traficamos con mujeres y las utilizamos como vientres y las usamos como sistemas reproductivos" explicaba.

Ella cree, aunque suene duro, se trata de un comercio de niños, una mercantilización por la que "cambiamos un bebé por dinero. Es un producto, un objeto comprado y vendido, estamos comprando y vendiendo niños, por desgracia. Debemos abrir los ojos y comprender por qué hay que prohibirlo" decía indignada.

El motivo por el que empezó su activismo

Olivia sabía que, en torno a su nacimiento, había algo muy raro. No había fotos de ella con su madre en el hospital, en su certificado de nacimiento decía que había nacido en Estados Unidos y "no había razón para que mis padres dieran a luz ahí" y su historia no terminaba de cuadrar.

Con 17 años comenzó a investigar y supo que, en la ciudad donde ella había nacido en Estados Unidos, había una web de una clínica de gestación subrogada. A los 30 años, decidió hacerse un test de ADN que revelara sus orígenes, y ahí descubrió que no tenía sangre francesa, como sus padres.

"En la web se podían ver coincidencias de ADN, tenía parentesco con una prima en EE.UU y me puse en contacto con ella. Ella me presentó a mi medio hermano y mi madre biológica, mi hermanastro se hizo la prueba para confirmar y estaba vinculado conmigo" decía. Su reacción inmediata fue gritar.

"Luego había más preguntas, estaba aliviada pero enfadada, porque me parece increíble que sigamos mercantilizando a los niños y que eso ocurra y que otros niños puedan sufrir" explicaba. No, con su madre legal ya no tiene relación, pues descubrir todo esto dañó seriamente su vínculo. Con su madre biológica, poco a poco, ha ido teniendo contacto, pero como ella misma dice, "no quiero ser una carga en su vida".

Los problemas de salud mental derivados de la subrogación

Cuenta que durante toda su vida ha tenido que lidiar con el trauma del abandono y con un problema de identidad tan grave que ha afectado a todas sus relaciones.

"Me acerqué a las drogas y alcohol, tiendo a la depresión y todo relacionado con mi nacimiento. Aunque tengo un equipo detrás de mí y estoy agradecida por ello, sabemos que está ligado a mi nacimiento. Solo quiero añadir algo, siempre digo que mi historia es muy personal, no será la historia de otros. Quiero a mis padres y no quiero hacerles daño, pero eso no impide nada, es contrario a la ética en su base y eso es contra lo que lucho, contra la práctica, no la gente" quería explicarse.

Sigue pensando que no, no hay un punto ético en esta práctica y que las madres de alquiler solo lo hacen por conseguir dinero, ya que firman sin saber todos los riesgos de salud que puede acarrear su embarazo. "¿Qué es el consentimiento cuando hay dinero de por medio? Si quitamos el dinero, no reembolsamos nada a estas madres de alquiler, no sé si pasarían por 9 meses sin dinero" defendía.

Este planteamiento se lo hizo también al Papa, con quien tuvo un encuentro de lo más constructivo. A él le expresó su ateísmo, pero ambos se mostraron unidos para frenar esta práctica.

"Dijo una cosa muy importante para mí, muy científico. Dijo que existe este fenómeno biológico donde su bebé da las células a la madre, la madre tendrá en su médula espinal un rastro de ese bebé toda la vida. Hay vínculo entre la madre que ha llevado al niño y lo llevará toda su vida" sentenciaba tajante.

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