Abandonar la comodidad para orientar nuestra vida "hacia el amor y el servicio": La declaración de intenciones del Congreso de Vocaciones

En la ponencia inicial del congreso, se destaca que la "vida entendida como vocación" está en peligro de extinción, pero parte de la convicción de que Dios sigue invitando a cada persona a vivir "una existencia plena y significativa"

Congreso Vocaciones

Redacción Religión

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El Congreso de Vocaciones que se celebra del 7 al 9 de febrero en 'Madrid Arena' bajo el lema '¿Para quién soy?', reúne a unas 3.000 personas para reflexionar sobre la vocación a la que cada bautizado es llamado.

Un evento que, además de cerrar el ciclo del plan pastoral 2021-2025 de la Conferencia Episcopal Española, también busca reavivar la comprensión de la vida como un llamado a la misión, tal y como como se recoge en la ponencia inicial del congreso.

Una ponencia con el que se abre el Congreso de Vocaciones que ha estado integrado por Alfonso Alonso-Lasheras, Ana Samboal, Luis Manuel Romero, José Benito Gallego, la Hermana María José Tuñón, Florentino Pérez y Gabriel Richi.

En un contexto donde la sociedad prioriza el bienestar individual y la libertad como valores supremos, el Congreso de Vocaciones responde a una crisis antropológica profunda. Según los organizadores, la "vida entendida como vocación" está en peligro de extinción, y esto afecta tanto a la Iglesia como al mundo en general. Pero lejos de ser una reacción pesimista, el congreso parte de la convicción de que Dios sigue invitando a cada persona a vivir una existencia plena y significativa.

“Vivir en plenitud y ser donación para los demás”

Uno de los puntos clave que aborda el congreso es el significado de la vocación. Y es que como apuntan en la ponencia inicial, no se trata simplemente de una decisión autónoma, como elegir una carrera o un estado de vida, sino de entender la existencia como un don y una llamada. “La vocación no es algo que aparece de repente, sino un proceso de discernimiento que integra identidad y misión”, subrayan.

En este sentido, el Congreso de Vocaciones recuerda que cada persona tiene una vocación universal: “Vivir en plenitud y ser donación para los demás”. Una idea que choca con la mentalidad contemporánea que promueve el individualismo y la gratificación inmediata. En lugar de reducir la vida a lo que "me hace sentir bien", se propone una vida orientada hacia el amor, el servicio y el compromiso.

Otra cuestión destacada del Congreso de Vocaciones es promover la cultura vocacional, motivo por el que la Conferencia Episcopal Española desarrolló el Servicio Nacional de Vocaciones en 2022, con el fin de promover una visión integradora de la vida como llamado divino. Sin embargo, este cambio cultural requiere el esfuerzo conjunto de todas las comunidades eclesiales.

Además, se ha subrayado la importancia de experiencias que despierten preguntas profundas, como "¿Para quién soy?" o "¿Qué quiere Dios de mí?", junto con una formación que ayude a los jóvenes a encontrar sentido y dirección en sus vidas.

A pesar de los desafíos, el Congreso de Vocaciones se ha presentado como una oportunidad para la renovación de la Iglesia y de la sociedad. Los organizadores insistieron en que no se trata solo de responder a una crisis, sino de encarnar un mensaje profético en un mundo sediento de sentido. “La vocación no es un privilegio de unos pocos, sino una llamada universal que nos invita a vivir con alegría y entrega", sostienen.