La JMJ: Un punto de inflexión para Gonzalo tras años de lucha contra las adicciones

La Comunidad del Cenacolo fue fundada por Madre Elvira y allí fue donde Gonzalo se salvó de una vida sumida en la fiesta y las drogas. Siete años después, Gonzalo fue a la JMJ

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La JMJ: Un punto de inflexión para Gonzalo tras años de lucha contra las adicciones

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Gonzalo, es un joven de 34 años que acudió en 2023 a la JMJ de Lisboa tras una adolescencia muy complicada. Él, pasó siete años en la Comunidad del Cenacolo, donde comenzó a vivir una vida nueva en Cristo. En COPE, nos contaba cómo a los 12 años sufrió bullying y se abrieron muchas heridas en su corazón que permanecieron en el tiempo sin ser curadas, algo que poco a poco fue haciéndose cada vez más evidente en su forma de vivir.

Faltaba algo...

Su madre siempre ha sido creyente y hasta que él cumplió los 18 años le llevó siempre con ella a misa. Los problemas comenzaron cuando al cumplir los 18 años, su madre, le dejó que ya no fuera más, ya que el insistía en no querer asistir. Durante cinco años, desde los 18 hasta los 23, Gonzalo comenzó a frecuentar el mundo de la fiesta y de las drogas,se metió en un mundo que cada vez le fue dejando más consumido y hecho pedazos.

Él recuerda lo mucho que lloraba su madre, le pillaba en muchos momentos llegando muy tarde bajo el efecto de las drogas, vivieron años muy duros. A pesar de todo, ella nunca tiró la toalla con él, probó psicólogos, centros de desintoxicación, pero faltaba algo...


La Comunidad Cenacolo

Cuando Gonzalo tenía 23 años, su madre, gracias a un sacerdote muy amigo conoció la Comunidad Cenacolo fundada por Madre Elvira. Ahí, su madre tomó una decisión que fue crucial para el cambio de Gonzalo, le dijo: “O entras en la comunidad o te echo de casa”. Gonzalo nos contaba en COPE que él, al principio, entró obligado, pero allí, en la comunidad del Cenacolo de Barcelona, a 600km, empezó a cambiar su vida, tomó otro rumbo. En esta comunidad en la que estuvo 7 años, comenzó su conversión, comenzó a vivir una fe concreta, una fe de rezar, trabajar y poner a Dios en el centro de todo.

Un antes y un después

Allí, en el Cenacolo, no hay dispositivos, se mandan cartas y a traves de estos medios surgió el detonante que inició el primer cambio de actitud de Gonzalo. Fue cuando le escribieron una carta sus padres por su cumpleaños y decía: “Estamos muy orgullosos de ti, rezamos por ti”. Para Gonzalo esto marcó un antes y un después, ya que, su padre, después de 63 años sin creer en Dios había empezado a rezar y a ir a misa. Era evidente para él que: “Eso o lo había hecho Dios o no lo había hecho nadie más”. También fue muy bonito el crecimiento de fe que vivió su madre a través del sufrimiento de ver a un hijo padecer tanto, ella encontró una fe viva que iba más allá de ir a misa los domingos

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La JMJ: Un punto de inflexión para Gonzalo tras años de lucha contra las adicciones

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Era una evidencia que tanto él como sus padres estaban cambiando su forma de ver todo, pero un sufrimiento más se añadió a sus vidas. A la tía de Gonzalo le detectaron un cáncer y gracias al recorrido que llevaba realizado pudo rezar por ella, con conciencia. Ocurrió otro milagro para todos ellos, tras varios años con la enfermedad, ella también se convirtió. Gonzalo nos contó que llegó una vez más a la conclusión de que: “Esto tenía que venir de alguien más grande”

El camino que Cristo nos propone no es siempre fácil, sino que, por el camino, nos encontramos con cruces, dificultades, al igual que la vida que Jesús mismo vivió donde hay muerte y resurrección. Cuando fue la JMJ de 2011, en Madrid, él estaba muy alejado de la fe, no lo tenía presente. En Lisboa se sorprendió al verse sin miedo a testimoniar la fe, porque a él, por lo general le costaba mucho, un fruto más que la JMJ le dejó en su corazón.

Cuando se hizo el anuncio de la JMJ en Lisboa, él no tuvo dudas sobre si ir o no, quería ser peregrino. Él tenia 33 años y quería ir como un joven más y nos contaba en COPE que: “Doy gracias a la providencia y a un sacerdote que me invitó para ir con su parroquia, me vi muy arropado”. Le impactó mucho, una vez allí, lo grande que es la iglesia y que aun así, con todos ellos se sintió como en casa. Se encontraban en Lisboa con casi dos millones de personas compartiendo la fe.

Una frase del papa que le marcó mucho en su estancia allí fue, cuando dijo: “En la iglesia cabemos todos, todos". Eso le hizo darse cuenta de que no hay fronteras, que para Cristo no hay nada que le impida entrar, solo aquellos que le cierran la puerta de los corazones. Jesús todo el día nos llama para que le abramos la puerta

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La JMJ para Gonzalo tuvo momentos plenos y momentos duros. La muerte de Madre Elvira el 3 de agosto, cuando acogíamos al papa, le dejó muy afectado. La fundadora del Cennacolo se fue al cielo. Nos comentaba en COPE que: “Sabíamos que estaba mal, fue un momento de mucha tristeza” Lo que le consoló fue estar en un lugar como la JMJ y recordar las palabras que Madre Elvira les dijo ´cuando me vaya al cielo no os pongáis tristes porque estoy con el padre´. Gonzalo, en medio de tan grande pérdida se sintió en familia, abrazado por el padre de misericordia porque: “Madre Elvira acababa de nacer en el cielo”

La JMJ para Gonzalo ha sido un momento único en su vida. Se trata de un lugar en el que el papa habla a los jóvenes, es una experiencia única de la iglesia. Los jóvenes están necesitados de la alegría, necesitados de una sonrisa. Para vivir con esta conciencia, Gonzalo aconseja a los jóvenes: "Darle gracias al señor por la vida, por nuestra propia vida para valorar a los demás, la oración torna la tristeza en alegría y se contagia hacia todos aquellos que nos rodean”. No es un camino fácil, así nos lo cuenta Gonzalo, pero tenemos que hacer lo que hizo María Magdalena, comunicar que hemos visto al señor vivo: “Dar a conocer que Cristo es el verdadero camino”

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