Una neuropsicóloga desvela la razón por la que cada vez hay más niños tristes: "Un cambio de actitud"

Cada vez son más los niños que se sienten tristes en España. A raíz de la pandemia, ha crecido el porcentaje de los menores de entre 8 y 16 años que manifiestan tristeza: en 2019 el 19,5% de los menores sentían tristeza, mientras que en 2022 ese porcentaje aumentó hasta un alarmante 32,2%. En apenas tres años, prácticamente se ha duplicado el número de niños que no son felices, como reflejan los datos de un estudio realizado por la Gasol Foundation.

Por si fuera poco, existe una brecha de género significativa porque, según el estudio, un 40% de las niñas declaran en mayor medida sentirse preocupadas, tristes o infelices, sobre todo las adolescentes y evaluadas en centros educativos ubicados en secciones censales de mayor renta. Algo que choca con los datos de niños que se sienten tristes, que apenas alcanzan el 24%.

La neuropsicóloga Sandra Martínez ha explicado en Ecclesia al Día que la principal causa por la que los menores se sienten más infelices puede estar relacionada con el exceso de actividades a las que están sometidos: “Estamos quitándoles parte de su niñez, apuntándolos a extraescolares o llevándoles a demasiadas actividades que les quitan tiempo libre", y añade que "el tiempo libre es muy importante para ellos”.

Sobre el hecho de que haya más niñas que niños que se encuentran tristes Sandra tiene una respuesta: “Las niñas están muy expuestas a nivel social, sobre todo con la imagen que tienen en las redes sociales, por lo que toda esa presión también influye”.

LA IMPORTANCIA DE DAR ESPACIO

Muchas veces los padres no saben cómo detectar la tristeza que pueden llegar a sentir sus hijos, pero Sandra Martínez apunta que se puede notar con mayor facilidad en los pequeños detalles como "a través de un cambio de actitud, en la forma de relacionarse en casa o con sus amigos, o incluso puede verse reflejado en el rendimiento escolar".

“La familia es muy importante para los niños”, señala la neuropsicóloga para explicar cómo pueden los padres saber, de forma sutil y sin hacer sentir incómodos a los pequeños, si sus hijos son infelices: “Es importante que las familias se reúnan a la hora de desayunar o cenar, o que de alguna forma encontremos un momento en el que podamos expresar cómo nos sentimos, cómo ha ido el día, cuáles son nuestras expectativas...". "Por supuesto, también es bueno hablar con el colegio para saber más y contar con la ayuda de algún profesional”, cuenta Sandra Martínez.

Lo más importante, explica la neuropsicóloga, es que “debemos darles espacio a los niños para que sufran, para que saquen su resiliencia y también para que aprendan”. “La sobreprotección lo único que genera es debilidad”, concluye.