La incansable ayuda de la Iglesia en Malasia a las víctimas de las inundaciones: "Se han sumergido pueblos"
Cáritas Malasia anunció una campaña de recaudación de fondos, que se extenderá hasta el 22 de enero, para apoyar a todas las comunidades afectadas
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Malasia está viviendo las peores inundaciones de los últimos años y al menos 50 personas han muerto y miles han tenido que abandonar sus casas. Las incesantes lluvias, que se han prolongado durante muchas semanas, han provocado una peligrosa subida del nivel de los ríos en 7 estados del país obligando a evacuar a más de 125.000 personas desde mediados de diciembre, según la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.
La Iglesia católica de Malasia, a través de sus parroquias y de sus fieles, no ha parado de ayudar los más necesitados y ha actuado inmediatamente para llevar ayuda a las personas varadas en las zonas inundadas y desesperadas por recibirla. Cáritas Malasia anunció una campaña de recaudación de fondos, que se extenderá hasta el 22 de enero, para apoyar a todas las comunidades afectadas.
Asimismo, el comunicado explica que después de "días de lluvias inusualmente altas provocaran una de las peores inundaciones de los últimos años, sumergiendo partes de ciudades y pueblos y cortando las principales carreteras", la organización católica declaró que necesitaba el apoyo de todos y, con la ayuda y la bendición de los obispos de Malasia, creó el Fondo Nacional de Ayuda a las Inundaciones, una campaña de recaudación de fondos "para llegar y ayudar al mayor número de personas posible".
La Iglesia Católica se moviliza
Mientras tanto, las parroquias también han estado trabajando para recoger donaciones, voluntarios y artículos de primera necesidad para apoyar a las víctimas de las inundaciones. La iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, dirigida por el padre Frederick Joseph, en el valle del Klang, por ejemplo, recibió una gran respuesta de los fieles, que inmediatamente se pusieron a llevar ayuda a las personas necesitadas.
Se prestó gran apoyo a la entrega de alimentos, ropa, colchones y almohadas. En este contexto, la iglesia convirtió su salón comunitario en un refugio temporal para los sin techo y los voluntarios distribuyeron comidas en los refugios de todas las zonas afectadas.