El obispo Ginés García: “Benedicto XVI transmitía mucha ternura y amabilidad, era imposible no quererlo”

El obispo de Getafe ha explicado que "Benedicto XVI ha sido un hombre grande y la historia lo va a engrandecer aún más"

00:00

El obispo Ginés García: “Benedicto XVI transmitía mucha ternura y amabilidad, era imposible no quererlo”

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Benedicto XVI sabía que al renunciar al pontificado iba a ser interpretado desde puntos de vista diferentes y sin embargo, él ve que no está ya en condiciones de seguir al frente. También tuvo una gran honestidad espiritual que lo hace ser un hombre grande. Era un hombre menudito, que daban ganas de abrazarlo y que expresaba una humildad tremenda. Tenía unos ojos muy vivarachos, que atendía y entendía todo lo que le dijeras, aunque fuese en tu lengua nativa. Es un doctor de la Iglesia, con una personalidad grande para la Iglesia y para el mundo”. Con estas palabras se ha expresado el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, en una entrevista realizada por Cristina López Schlichting en Fin de Semana COPE.

Un Papa muy distinto a su antecesor

El prelado destaca que “hay un dato de la gran inteligencia de Ratzinger y es no caer nunca en la tentación de querer ser una imitación de Juan Pablo II. Juan Pablo era de una personalidad arrolladora y quizás la tentación que se podía tener era que cuando se sustituye una persona así, queremos ser de ese mismo estilo. Benedicto XVI desde el principio marcó su estilo y su personalidad. Recuerdo que al poco tiempo de ser papá fue a la JMJ de colonia y sorprendió a todo el mundo precisamente por su estilo alemán y propio. Transmitía mucha ternura y amabilidad, era imposible no quererlo. Ha sido un hombre respetuoso con el Papa Francisco, apoyándolo desde la oración, desde el silencio y desde una segunda fila, por más que algunos quieran hacer ver lo contrario”.

“Un ejemplo extraordinario de humildad”

Ginés García ha explicado que “Benedicto XVI es un ejemplo de decir me voy. Debe ser muy difícil mantenerse en ese anonimato y en el que él ha estado este tiempo. En ese sentido el Papa ha sido delicadísimo. Al principio cuando estaba mejor hemos podido ver que el Papa Benedicto iba a momentos importantes en San Pedro y se sentaba en una silla junto al primero de los cardenales, no concelebraba y esas imágenes que tenemos tan bonitas de Francisco y Benedicto dándose un abrazo son un gesto precioso de lo que es la Iglesia. Ahí Benedicto XVI, una vez más, ha mostrado su grandeza y ha sido un hombre grande. Estoy convencido de que la historia lo va a engrandecer todavía más”.

En relación a la elección de Ratzinger como Papa, expresa que “después de un pontificado de 27 años largos de Juan Pablo II se veía que era necesaria una cierta continuidad teológica y por otra parte se necesitaba una persona madura. Hay dos intervenciones del cardenal Ratzinger antes de ser Papa que marcan lo que va a ser el futuro de la Iglesia. La primera intervención es en el funeral de don Giussani en la catedral de Milán en una homilía importantísima. La segunda es la homilía en la misa que antecede a la entrada en el cónclave donde el Papa comenta un texto de la Carta de los Efesios, que es un referente para la Iglesia también en este momento después de estos años. Esas dos intervenciones de Benedicto XVI nos hacen ver que estábamos ante una figura que iba a marcar la Iglesia como Pontífice”.