Antonio Jiménez: "Creer a Pedro Sánchez se ha convertido desde hace tiempo ya en una cuestión de fe"

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Creer a Pedro Sánchez se ha convertido desde hace tiempo ya en una cuestión de fe. Hay que darle mucha fe en lo que dice para creerse lo que dice y comenta o augura, en este caso. Y muchos la han perdido ya. Muchos ciudadanos en España perdieron hace ya mucho tiempo su fe en este presidente del Gobierno. Respecto a sus anuncios, previsiones y declaraciones. No solamente en lo que respecta al propio presidente, sino también a muchos de sus ministros.

Lo último de Pedro Sánchez ha sido hoy al afirmar que en los próximos meses la recuperación total de la movilidad se va a producir. Y por tanto, viene a decir que saldremos definitivamente de esta pandemia. El año 2021, ha vaticinado, será el año de la vacunación y la recuperación. Pues hay que decirle: Dios le oiga, señor Sánchez.

Claro, para eso tendría que estar vacunarse a los ciudadanos de este país a un ritmo frenético. Cosa que no se da. No hay vacunas en la Comunidad de Madrid, y somos más de seis millones de habitantes. No hay vacunas en Cataluña, y también hablamos de muchos millones de ciudadanos. Pero vamos a ver: los cálculos que se han hecho, al ritmo actual, si se quiere vacunar a los ciudadanos... Como también han dicho algunos ministros que en el verano vamos a estar vacunados el 70% de los ciudadanos... Si se quiere llegar a eso, tendrían que incrementar de una forma extraordinaria las vacunaciones. Pero vamos, noche y día. 24 horas. Como está haciendo, por ejemplo, Israel.

Y los cálculos, sin embargo, desmienten al propio presidente del Gobierno. Y a esos ministros. O al propio Illa. Insisto: Dios le oiga. Pero es muy difícil creerles. Porque los datos no avalan esas previsiones. Al ritmo actual, como mucho, en España estaríamos vacunados el 70%... ¡a finales de 2022! Fíjense ustedes qué largo nos lo fían. Aquí en Madrid, al ritmo actual, estaríamos vacunados todos los madrileños a finales del 2023.

O sea que es una cuestión de fe, claro. Creer o no creer a este presidente y a su Gobierno en general. Pero es que no hay otra. Porque es muy difícil creerles a tenor de los datos. Los hechos son sagrados, las opiniones libres. Y los hechos desmienten al presidente del Gobierno. Desgraciadamente, porque quisiéramos que las previsiones que hace fueran acertadas. Pero es que hasta ahora no ha sido así.

Lo hemos visto en la pandemia. Se cumple un año del primer contagiado que se contabilizó en España. Ese alemán en la isla de La Gomera. ¿Y saben lo que dijo el señor Illa entonces? Aquí en España la incidencia del covid va a ser muy aislada, apenas tendrá incidencia. Dios mío, pero... En fin, ¿de dónde han caído? ¿De dónde han salido los que nos gestionan la pandemia? Y al final, esta gestión se está viendo, una vez más, muy irregular.

Porque el Gobierno no toma las medidas oportunas. No coge el control de la situación, no la lidera. La ha dejado en manos de las Comunidades, que ahora se tiran los trastos a la cabeza unas a otras. Porque en Madrid se ha decidido no cerrar la hostelería para intentar salvarla. Es más, se amplía de nuevo el número de comensales por ejemplo en las terrazas, aunque se obliga a ir con mascarilla en el interior de bares y restaurantes. Mientras en otras Comunidades está cerrada totalmente la hostelería.

O sea, se intenta buscar un equilibrio, en el caso de Madrid, entre la epidemia y la economía. Con el fin de que esto ya no se vaya a la ruina totalmente. Y ahora se critican entre sí las Comunidades: si Ayuso lo hace porque no tiene en cuenta que la incidencia es mayor, en Galicia se queja Núñez Feijoó, en Castilla-La Mancha le vienen a decir a Ayuso que como la gente se va a vivir allí tienen más gente que sale de Madrid y entonces la presión hospitalaria...

Todo esto viene porque no hay una coordinación total y absoluta. Y, sobre todo, un liderazgo por parte del Gobierno para gestionar la crisis. De nuevo desde el Gobierno, ¿qué dice la señora Darias, la nueva ministra? Que las Comunidades tomen medidas más restrictivas. ¡Oiga usted, tómelas usted, que es la ministra de Sanidad!

Que el presidente del Gobierno modifique de una vez por todas ese decreto de estado de alarma con el fin de que esas restricciones se puedan producir. Pero vamos, que se hagan en función de las necesidades de verdad de toda España. Y eso tiene que hacerlo el Gobierno de la nación. Como lo han hecho los líderes de todos los países: Macron en Francia, Merkel en Alemania, Boris Johnson después de equivocarse al principio en Gran Bretaña, Conte en Italia... ¿Pero esto qué es? Esto es lo que tenemos. Y tenemos que seguir con estos bueyes arando, desgraciadamente.