Adelgaza de forma sencilla: esto es lo que debes hacer cada noche después de cenar para perder peso

Un gran filósofo, de cuyo nombre no quiero acordarme, aseguró que lo ideal es "desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo". La gran teoría que se esconde tras este popular dicho sugiere que debemos ingerir la mayor parte de las calorías que necesitamos durante la primera parte del día, dejando para la segunda las comidas más ligeras. 

Sin embargo, en España somos mucho de cenas y nos gusta disfrutar de la buena gastronomía. No en vano, somos el país del mundo con más número de restaurantes y bares per cápita, según el INE, en nuestras calles hay uno por cada 175 habitantes. Eso significa que tenemos, aproximadamente, 184.000 casas de comidas, complicada situación para los indecisos. 

Si hablamos de personas a las que les gusta cenar un poco más de lo 'debido', y te sientes identificado, debes saber que existe un método que cumple con varias funciones a la vez, y todas saludables para nuestro cuerpo y mente. Se trata de caminar un rato después de cenar. Desgranemos antes como este 'paseíto' nos ayudará a adelgazar antes de explicar el resto de sus virtudes.

El hábito casero que nos hará adelgazar 

Caminar después de cenar adelgaza, tal y como asegura un estudio publicado por la prestigiosa universidad Harvard. De hecho, nos hace perder el doble de peso que si lo hacemos antes de cenar. Este hábito contribuye a reducir nuestra grasa abdominal, entre otras cosas, estimulando el funcionamiento de nuestro metabolismo.

Caminar durante 30 minutos después de la cena tiene más beneficios:

- Facilita la digestión: Estimula el movimiento del sistema digestivo, ayudando a prevenir problemas como la hinchazón, el estreñimiento y la acidez estomacal.

- Controla el nivel de azúcar en la sangre: Ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, especialmente después de una comida rica en carbohidratos.

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- Mejora la salud cardiovascular: Aumenta la circulación sanguínea, lo que beneficia el corazón y los vasos sanguíneos.

- Combate el estrés: Caminar también libera endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", que ayudan a combatir el estrés y la ansiedad.

- Ayuda a conciliar el sueño: Una caminata ligera puede contribuir a dormir mejor al relajar el cuerpo y estabilizar los niveles de energía antes de ir a la cama.

Llegado este punto, hay que asegurarse de que hemos captado correctamente la esencia de estos paseos. No se trata de salir a correr ni de tirarse a hacer marcha. No es una contrarreloj, ni estamos compitiendo. Por el contrario, tampoco hablamos de dar unos cuantos pasos y ¡hala, listo! El objetivo es andar durante un rato, a un ritmo asequible, tratando de poner en marcha, por un lado, las ventajas leídas anteriormente y, por otro, despejar la mente un rato al final de cada día.