El Laberinto,la única librería anticuaria en Córdoba levantada sobre los cimientos de la pasión por la lectura
Colecciones familiares han acabado a disposición de todos los cordobeses en una librería frente al Guadalquivir
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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“Si íbamos a poner a disposición de todos las colecciones de toda una vida, y a compartir tiempo en familia, queríamos que fuese en un lugar bonito, como es la ribera del Gualdalquivir”. Así describe Rosa M. Castilla, psicóloga de profesión y amante de la lectura, el lugar en el que se encuentra la única librería anticuaria de Córdoba: El Laberinto. Una librería que lleva 12 años en funcionamiento y que es, precisamente, como un pequeño laberinto del conocimiento. "En algún lado debe haber una salida, eso es más que seguro. Más no eres tú quien la busca, ella te busca a ti", reza una de sus columnas bajo el logo de la librería.
Al entrar en el local, su marido Daniel Rodríguez, bibliotecario de profesión, se encuentra sentado entre un montón de libros y utensilios de arreglo. Desde que se jubiló, pasa buena parte del tiempo leyendo, “normalmente sobre cosas que se le meten entre ceja y ceja y, hasta que no se lee la colección entera, no para”, asegura su mujer. Allí te encuentras envuelto en un pequeño caos agradable, repleto de colecciones de todo tipo y antigüedad, expuestos en muebles también antiguos, de gran valor. Todas las colecciones son propias, resultado de décadas de acopio que al final ha acabado a disposición de los cordobeses, convirtiéndose en la única librería en Córdoba de estas características. En el proceso de cuidado y reciclaje de los libros, entran varios factores: "Existen distintos tipos de papel, y cada uno tiene una forma de conservación distinta. Hay unas cremas para las pieles que eliminan hongos, también se deben mantener durante horas en naves de congelación industrial. Un papel actual, que no requiere conservación, se guarda en un almacen; los más antiguos no se tienen en acceso en la librería, se colocan en otro lugar y se arregla a petición del cliente. Un libro del siglo XVI no se puede tener expuesto en cualquier lugar", asegura Castilla.
"Los libros antiguos no compiten con los libros electrónicos, eso es un tópico creado por los no lectores"
El Laberinto se abrió por primera vez hace alrededor de 12 años. Por entonces, la tecnología estaba empezando a romper, pero no era lo que es ahora. No existía la inmediatez ni el acceso a la información que existe hoy día, ni mucho menos el actual acceso online a la literatura, pero Rosa lo tiene claro: "Los libros antiguos no compiten con los electrónicos, eso es un tópico creado por los no lectores. Los libros compiten con otras formas de consumo, pero un libro jamás competirá con otro libro", asegura. También asegura que existen "diferentes tipos de lectores: aquellos que leen y estudian; otros que son coleccionistas; otros coleccionistas que no son lectores. También lectores de filosofía que necesitan tener tres libros abiertos porque están escribiendo; o escritores que tienen muy poca lectura".
Librería anticuaria: no es lo que ve el comprador, es lo que sabe el dueño
Con esta afirmación, Rosa explica lo que fue para ellos el tiempo de confinamiento y pandemia. A pesar de tener que cerrar la librería física, "el trabajo de catalogación y restauración no cesó", apuntala. No obstante, lo más triste para ellos fue la pérdida del contacto físico y la conversación con el cliente. Un cliente que ahora vuelve a perderse en el pequeño laberinto de la historia literaria.